lunes, 12 de marzo de 2007

ALBERTO CORREA Y LA ENSEÑANZA NORMAL EN LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XX

Durante la primera década del siglo XX, la Escuela Normal tuvo sólidos perceptibles avances. Muerto Enrique C. Rébsamen, siendo Director General de la Enseñanza Normal, fue designado para este cargo el profesor Alberto Correa, en 1904.
El nuevo Director de la Enseñanza Normal se encontró con un problema de realizaciones, pergeñado por el maestro Rébsamen en el breve espacio que permaneció al frente de este cargo. De inmediato puso en práctica en todas sus partes el plan de estudios de la Escuela Normal de Profesores, promulgando desde mediados de 1902, y, conforme al cual, según se ha practicado ya, habría dos clases de maestros: de Instrucción primaria elemental (con cuatro años de estudios) y de Instrucción primaria superior (con seis años).
Este plan de estudios consistía un acierto; organizaba correctamente los estudios de pedagogía dividiéndolos en dos series de cursos: de pedagogía empírica (antropología pedagógica, incluyendo la psicología aplicada, metodología general, organización escolar e historia de la pedagogía) y de técnica de la enseñanza, llamada metodología aplicada. Los cursos de pedagogía teorética habrían de impartirse en seis años; los de metodología especial o técnica de la enseñanza en cuatro.
Las asignaturas de cultura general constituían un elenco bastante completo, sólo la historia general y patria se daban en una extinción insuficiente. Además, el plan de estudios descuidaba la formación filosófica del alumno.
Para unificar la enseñanza de la pedagogía el plan de estudios, en su artículo 7º, indicaba que periódicamente habrían de celebrarse conferencias pedagógicas bajo la presidencia del director de la escuela o del profesor de pedagogía a quien aquél designara. La asistencia a estos actos seria obligatoria: para los profesores de pedagogía y metodología aplicada, para el director, subdirector, profesores ayudantes de la escuela anexa y para los alumnos normalistas de tercero, cuarto, quinto y sexto años de estudios. En estas conferencias se impartían lecciones modelo y lecciones de prueba, con la crítica pedagógica correspondiente; se presentarían disertaciones sobre temas pedagógicos, y se discutirían cuestiones relativas a asuntos de educación en general o de enseñanza primaria en particular.
Alberto Correa hizo de la enseñanza normal un centro de atracción pedagógica en México. Decía, con acierto, que la escuela normal era la institución por excelencia donde deberían regir los mejores métodos y procedimientos de la enseñanza. Generadora de maestros, ha de llevar su influjo vivificador a los demás organismos escolares. Todos los actos de su profesorado deben revelar aptitud pedagógica, y en la redacción de los programas, en la disciplina, en la cátedra y hasta en su conducta personal, mostrará que conoce el alma rentud, que sabe dirigirla y que sabe amarla; su ciencia, su habilidad para transmitirla y su vocación, estarán siempre hermanadas. Y todo esto adhiere en las escuelas normales, y con ese fin fundó nuestro Gobierno los planes de esa clase que existen en la ciudad de México.
Logró en alta medida tan plausibles propósitos, secundado, en primer termino, por la directora de la Escuela Normal para Maestras, señorita Rafaela Suárez, y por pedagogos como Ramón Manterota, Enrique Paniagua, Marcos Becerra, Clemencia Ostos Carballo, Juan R. Orcí, Abraham Castellanos, Dolores Correa y Zapata, Leopoldo Kiel, Luís Muillo, Lucio Cabrera y Luís H. Faroy, director, a la sazón, de la Escuela Práctica Anexa a la Normal de profesores de México.
Alberto Correa fue eficaz organizador. En buena medida se le debe la creación de las misiones pedagógicas en el extranjero, encargadas de obtener una información de primera mano acerca de la vida educativa en los países más entajados en el mundo. Rendimientos dignos de mención en esta suerte de inemaciones fueron proporcionados por Félix F. Palavicini y Juan León. También se debe a Alberto Correa la fundación de la revista pedagógica “La Enseñanza Normal”, que durante muchos años fue un órgano loable por muchos sentidos en este tipo de publicaciones.
En 1908 fue modificado el plan de estudios. Decretó la Ley Constitutiva de las Escuelas Normales Primarias de 112 de noviembre de 1908, que la educación dada en dichos establecimientos se impartiría tan sólo en cinco años y no habla dicha Ley de las dos clases de maestros (de primaria elemental y de primaria superior); en cambio, indica que en la Escuela Normal Primaria de Maestras, se crea la carrera de Educadora de Párvulos, para cuyo efecto se modifica para ella el plan de estudios, de modo que comprenda el conocimiento práctico y teórico de los Jardines de Niños.
En el artículo 9º de la propia Ley se dice que, además de los estudios para obtener el grado de maestro normal primario, se establecerán, con el carácter de voluntarios para los alumnos normalistas, cursos de tres lenguas vivas extranjeras y otros superiores, para los que hayan terminado su carrera de maestros y deseen perfeccionar sus conocimientos, a fin de aspirar al supuesto de profesores de las escuelas normales.
Dichos estudios superiores comprenderían, con más amplitud que la que tengan los demás de las escuelas normales primarias, las asignaturas a cuya enseñanza superior quiera dedicarse el alumno de que se trate y las directamente afines, así como in extenso las metodologías relativas a dichas asignaturas y la filosofía de la educación.

1 comentario:

La obra de Justo Sierra dijo...

Los cambios de la escuela Normal se presentaron para un beneficio al sistema educativo. De este tiempo hasta la fecha, han habido más cambios de lo debido, y no todos en favor de una mejora educativa.
Sol